Desde Dunedin se accede a la Península de Otago, la intención era ver albatros, leones marinos, pingüinos de ojo amarillos y pingüinos azules, pero no pudimos ver nada ya que se cerraron todas las playas por peligro de tsunami, así que nos adentramos hacia el interior de la península y visitamos el único castillo que hay en Nueva Zelanda, el Castillo de Larnach.
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