Nikko está situada a 150 Km al norte de Tokyo, en tren el trayecto dura unas dos horas. Es una visita obligada por varios motivos, por el paisaje, por sus balnearios, por sus cascadas, por sus rutas de senderismo y por sus templos. Entre los siglos VIII y XVII fue uno de los centros budistas más importantes de Japón, los templos son tesoros nacionales y fueron declarados Patrimonio de la Humanidad en 1999.
Comenzamos por el puente Shinkyo, está considerado sagrado porque según la tradición el monje que fundó Nikko atravesó el río gracias a que dos serpientes salieron del agua formando este puente. En la época feudal sólo lo podía cruzar el emperador.
Seguimos hacia el Templo Rinno-ji, en este lugar es donde se fundó el primer templo Shinhonryu-ji en el siglo VIII, posteriormente se construyó el actual y se cambió el nombre, actualmente se encuentra en obras tanto el exterior como el interior.
Continuamos hacia la Puerta Yomeimon, es el símbolo de Nikko por sus más de 500 esculturas policromadas. Desde esta puerta se accede al Santuario Toshogu, es el templo más espectacular del complejo, de culto sintoísta, se construyó en el siglo XVII y está dedicado Ieyasu, fundador del shogunato Tokugawa y de la dinastía Edo, el mismo Shogun eligió este lugar para ser enterrado. Destacan las distintas pinturas de los edificios de animales, la pagoda de cinco pisos que representa los elementos de la naturaleza, tierra, agua fuego, viento y cielo y la rica ornamentación tanto en las puertas como en los muros.
Muy cerca se encuentra el Mausoleo Taiyuinbyo, en él se encuentra enterrado el Tercer Shogun Tokugawa. Llama la atención las estatuas del templo, que corresponden a el guardián del oeste (Komoku), el guardián del este (Jikoku), el dios del viento (Fujin) y el dios del trueno (Rajin).
Para acabar el día realizamos un paseo por el Abismo de Kanman- ga- fuchi. El abismo es un camino a la orilla del río Daiya, su nombre se debe al mantra que repetían los monjes en el Templo de Jiun-ji construido a orillas del mismo río. A lo largo del paseo se encuentra el Narabi-Jizo, consta de más de 70 estatuas de piedra de Jizo, estas esculturas protegen las almas de los difuntos.
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Me encantan las fotos. Son impresionantes!!!