Hiroshima es una ciudad marcada por un día y una hora, el 6 de agosto de 1945 a las 8:15. Minutos antes de esta hora el avión B-29 Enola Gay, soltó la Little Boy, unos minutos después la ciudad quedó destruida por completo, solo quedo en pie el edificio de la Cúpula de la Bomba Atómica o Genkabu Domu, el cual fue declarado Patrimonio de la Humanidad en 1996.
La Cúpula de la Bomba Atómica se encuentra en el Parque de la Paz, este parque fue construido en 1954, dentro del mismo está señalizado con un monumento el lugar donde se produjo el epicentro de la explosión, también se encuentra, la llama, el Cenotafio del memorial a las víctimas, el monumento a los niños y el Museo de la Paz.
La Cúpula impresiona por cómo quedó, el lugar del epicentro se encuentra detrás de la cúpula y es poco visitado. La llama delante del cenotafio se apagará cuando no haya armas nucleares en la tierra, el cenotafio muestra los nombres las víctimas, el monumento a los niños conmemora todos los niños que murieron por la explosión de la bomba y en el museo llama la atención la maqueta de la ciudad y los objetos encontrados, sobre todo un reloj que se quedó parado a las 8:15.
En todos los lugares el silencio es el protagonista, supongo que todos los que estábamos allí reflexionabamos sobre la barbaridad que ocurrió, más de 160.000 personas muertas en un instante.
De todo lo visto me quedo con la frase del Cenotafio:
«Descansad en paz, pues el error jamás se repetirá».
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