Dubái es uno de los siete emiratos que forman Emiratos Árabes Unidos, visitamos la capital del Emirato del mismo nombre en dos días.

Empezamos por el barrio histórico de Al Bastakiya, está completamente restaurado y es de clara influencia iraní por los edificios con las torres de ventilación. El complejo lo forman distintos edificios que albergan museos, galerías de arte y restaurantes. Destacan el museo de numismática, el museo del café y la decoración de sus calles con esculturas vanguardistas.

 

 

Después de visitar Al Bastakiya nos dirigimos al Creek o ría de Dubái. A finales del s.XIX fue un punto importante de intercambio de mercancías y productos procedentes de India y África, actualmente solo se utiliza para el transporte de mercancías de manera local. Cruzamos la ría en una barcaza – taxi y paseamos por el mercado del oro, el de las telas y el de las especias, sin duda lo que más llama la atención es el mercado de oro por las piezas que se exponen en sus más de 300 joyerías , los más impactantes son los collares emulando a vestidos y las sandalias con piedras preciosas.

 

 

Continuamos hacia el museo de la ciudad, esté se encuentra en el fuerte Al Fahidi, es el edificio más antiguo de Dubái y fue construido en 1787. El museo no tiene mucho interés ya que muestra la historia del Emirato y como se ha trasformado la ciudad desde que se encontró petróleo, ya que hasta hace cincuenta años solo era solo era una ciudad de comerciantes, pescadores y recolectores de perlas.

 

 

El siguiente día lo dedicamos a visitar el Dubái moderno, el de los rascacielos, el de las construcciones de record. Entre ellas, el Burj Khalifa que es el edificio más alto del mundo, The Mall, que es el centro comercial más grande del mundo, el Burj Al Arab que es el hotel con más estrellas del mundo o la Fuente de Dubái que es la más grande del mundo.

Empezamos por El Burj Khalifa, es el edificio más alto del mudo con una altura de 828m. El edificio tiene 160 plantas, hay dos miradores, se encuentran en las plantas 124 y 148 el primero a 442 m de atura y el segundo a 555m de altura.
De los muchos datos curiosos que se pueden contar de esta torre, me quedo con que es visible desde 95 Km, tiene 57 ascensores que alcanzan los 65 Km/h y la sombra del edificio tiene una longitud de 2.467 m.
Aconsejo comprar la entrada con antelación y por internet, por varios motivos, el primero que es más barata, el segundo que se puede elegir hora y el tercero que se evita hacer cola y la posibilidad de quedarse sin entrada.
En la parte baja de la torre se encuentra The Mall y la Fuente Dubái. Merece la pena quedarse a cenar en los restaurantes con vista a la torre y a la fuente ya que cada hora se realiza es espectáculo de luz y sonido y de la fuente.

 

 

Después de disfrutar de las vistas desde el Bruj Khalifa nos acercamos a la Mezquita Jumeirah, es la mezquita más importante de Dubái y la única que permite la visita a los no musulmanes. Las visitas son guiadas y merece la pena tomarse un café con leche de camella mientras se espera ojeando libros de fotografía antigua en la cafetería que hay dentro del complejo. De la mezquita lo más destacable es la decoración interior en tonos turquesas.

 

 

Seguimos nuestra ruta por Dubái, nos acercamos al Dubái Marina es una de las zonas de rascacielos construido alrededor de un canal artificial de 3.5 Km con salía al mar. Es un lugar ideal para pasear y disfrutar de las terrazas.

 

 

Para acabar el día nos acercamos al Jumeirah, primero nos acercamos a la playa para poder ver bien el Burj Al Arab, el único hotel de siete estrellas del mundo y símbolo de Dubai, y posteriormente recorremos la Palmera Jumeirah para disfrutar de la puesta de sol.

 

 

 

Nota: todos los desplazamientos los realizamos en coche, resulta muy cómodo ya que las distancias son bastante grandes, aparcarlo no es un problema ya que siempre hay un centro comercial cerca y el parking es gratis