Las catacumbas de París fueron creadas a finales del siglo XVII en unas antiguas canteras del siglo XV. El acceso a las catacumbas se hace por una escalera del más de 100 peldaños, se sitúa a unos 20m por debajo de la superficie, y se recorren 1,5 Km., el lugar es conocido como Tombe-Issoire. Dentro del recinto se observan restos de la cantera, así como marcas de canteros, las galerías tienen placas que indican el nombre de la calle bajo las que se encuentra, también está señalizado el lugar por donde transcurría el acueducto de Arcueil, que en el siglo XVII dejo de utilizare por un derrumbamiento de la cantera y otras placas marcan acontecimientos importantes de la Revolución francesa como el combate en la manufactura de Révellion o el combate en el Châteaux des Tuleries, durante esta época el lugar se utilizó como morgue provisional.
Los primeros restos trasladados fueron los del cementerio de los Santos Inocentes, este cementerio cerró en 1780 por motivos de salubridad. Posteriormente fueron trasladadas las osamentas de los distintos cementerios del centro de París.
Las primeras osamentas se depositaron de forma desordenada ya que se echaron a través de un antiguo pozo de la cantera, en 1810 Héricartd Thury, inspector general de canteras mandó ordenar el lugar, se separaron los cráneos de los huesos largos y planificó la disposición de los huesos siguiendo la tradición medieval, además añadió la señalización indicando de que cementerio proceden los huesos, así como reflexiones que recuerdan nuestro paso efímero por este mundo.
El punto final al recorrido es la cripta de la pasión o rotonda de las tibias, como curiosidad en este lugar en 1897 tuvo lugar un concierto a media noche en la que no faltaron la marcha fúnebre de Chopin y la Danza Macabra de Camile Saint Saens.
Se calcula que puede haber enterrados mas de 6 millones de esqueletos.
Una visita tan interesante como inquietante.
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