El paisaje que he visto se caracteriza por sus estepas y planicies desérticas (el desierto de Kizilkum) y el valle fértil del río Amu Daria que está poblado de campos de algodón, debido a estas plantaciones el Mar de Aral está desapareciendo.

La comida, hay que destacar el pan, en todas las ciudades lo hacen distinto y a cada cual mejor, los pinchos de cordero, ternera o pollo exquisitos, especiados en su punto y el plato típico es el plov, una especie de paella de cordero con verduras también muy bueno. Tengo que mencionar de manera especial el tomate uzbeco, esos si que son tomates y no los de Murcia, lo mismo ocurre con el pepino.

Los uzbecos, no he visto en mi vida una mezcla de razas tan variada como aquí, se aprecian en sus gentes rasgos turcos, eslavos, mongoles o chinos, la mayoría de la población musulmana pero nada integrista, en pleno Ramadán se les veía comer con vodka, se nota la influencia de la URSS.
Cabe destacar el colorido que utilizan las mujeres en su ropa, así como gran cantidad de lentejuelas, como curiosidad, cuando se casan se ponen la dentadura de oro, es símbolo de belleza.

Gente amable, educada y dispuesta a ayudarte, en el aeropuerto una persona que hablaba perfectamente español, nos cambio los Sum que nos quedaban por dólares, esto aquí es impensable.

Un país seguro, acogedor y altamente recomendable para perderse en él una semana.
Desde aquí envio un saludo a Nayla, nuestra guía, por sus explicaciones y sobre todo por tener tanta paciencia y dejarnos hacer todas las fotos sin prisas.
Y para finalizar…………… el momentazo guiri.