El hospital búnker de la roca esta situado en la colina del castillo en Budapest, desde el siglo XII se tiene constancia que debajo de esta colina se encontraba un entramado de pasadizos de más de 10 Km.
Durante la Primera Guerra Mundial estos pasadizos y cuevas se convierten en refugios contra los ataques aéreos ya que se encuentran entre 10 y 15 m de profundidad, debido a la gran cantidad de heridos durante los bombarderos se decide construir un hospital en este espacio, acabándose las obras en el año 1944.
A lo largo del recorrido se ve la sala de recepción, una cocina pequeña que sólo se utilizaba para calentar comida, en una de las vitrinas hay una caja de leche en polvo donada por los americanos, aseguran que sabe a detergente. Los pasillos, diseñados todos en rampa para facilitar el movimiento de los enfermos, son utilizados como despensa para guardar comida enlatada, así mismo también hay bastantes botiquines.
En la sala de rayos X, la zona de urgencias, en los quirófanos y en la morgue se expone material quirúrgico de los años 40, 50 y 60.
El hospital podía albergar a 300 pacientes pero durante el asedio llego a ocuparse por mas de 700 heridos, los hombres y las mujeres estaban separados en salas distintas en literas, hacinados en los pasillos y en el suelo, la mortalidad era muy alta debido a las condiciones insalubres por albergar tantas personas, también tenían problemas con las vendas, así que se llegaron a utilizar las de los fallecidos y tampoco tenían agua porque se bombardeó el depósito exterior.
Entre los años 1946 y 1952 el hospital se utiliza como planta farmacéutica para la producción de la vacuna de la fiebre tifoidea.
Durante los años 1956 y 1957 se convirtió en el hospital de la revolución, como dato curioso nacieron 12 niños.
Los años de la guerra fría desde 1958 a 1962, el hospital fue reconstruido y ampliado, se mejora la sala de comunicaciones, la sala de energía con sus grupos electrógenos, se instala una nueva climatización y se construye un depósito de agua para auto abastecerse durante 3 semanas. También se construye un sótano y una sala de aislamiento para permanecer allí 72 horas en caso de un posible ataque nuclear, en esta sala ultima sala tuvimos la oportunidad de tocar una de las sirenas de aviso, el sonido es ensordecedor.
La última parte del recorrido es una sala homenaje a las operaciones militares de las fuerzas especiales destinadas en el extranjero.
Se convierte en el Museo Sziklakórház en el año 2007.
No permiten realizar fotos en el interior, las fotos del post nos las han facilitado desde el mismo museo.
Sin duda es una vista que merece la pena, en mi caso personal ha sido de lo que más me ha llamado la atención y desde luego recorriendo los pasillos no paras de pensar…. si las paredes hablaran todo lo que nos podrían contar.
Lo desconocía totalmente.
Muy interesante. Cuando estuve en Budapest me lo perdí. Saludos cordiales,
Curioso hospital cargado de historia. Lo desconocía por completo!! 🙂
Paco, Alfonso y Fran. Si alguna vez tenéis oportunidad no os perdais, yo salí encantada.
Hace dos días ke llegamos de ese bonito viaje y la visita a este museo es obligada.Desde ke entras hasta ke sales estas en función de la historia, muchas sensaciones, comparaciones y en todo caso una profunda tristeza y respeto por lo allí vivido.
[…] mas de la ciudad. Visita al Parlamento, a la Basílica de San Esteban, a la ciudad de Buda, al hospital búker, a las cuevas Pàlvögyi , un paseo por el gueto judío, el mercado o el Memento Park. También […]